lunes, 11 de julio de 2011

Giorgio de Chirico

Muchas gracias por NO copiar  esta entrada al pie de la letra.
De padres italianos, Giorgio de Chirico nació en Volos, Grecia en 1888  y murio en Roma en 1978.
Entre Volos y Atenas transcurrieron sus primeros dieciséis años. Después, tras la muerte del padre, regresa a Italia con su familia.
De Chirico procedía de una familia culta. Su padre, un ingeniero ferroviario de origen siciliano, estaba casado con una noble genovesa. Ninguno de los dos se opusieron a la vocación artística de sus hijos sino que la propiciaron.
Tras una fugaz estancia en Florencia, Venecia y Milán,  la madre de  De Chirico - por entonces ya viuda- se traslada con sus hijos a Munich con objeto de que continúen su formación artística. Allí permanecen entre 1906 y 1910, empapándose del intenso panorama artístico que se vivía en esta ciudad. De Chirico recibe la influencia del simbolismo centroeuropeo y especialmente del pintor suizo Arnold Bocklin.
De Chirico y su madre se trasladan posteriormente a París. Allí permanercerán entre 1911 y 1915. Sin embargo, una breve estancia en Turín previa a su estancia en Francia, marcará para siempre su obra que mostrará una gran fascinación por lo que De Chirico denomina "el aspecto metafísico de Turín" que se apreciaba en la arquitectura de sus arcadas y plazas. Poco después, empezará a pintar los Enigmas -lo onírico, el juego con las perspectivas y las sombras misteriosas- con cuadros como "El enigma de un día" o "El enigma del oráculo" y las Torres, en los que la escenografía metafísica ya está presente.

El enigma de un día
                                                                                     Torre de De Chirico
La estatua silenciosa (Ariadna)
En el año 1913, De Chirico pintó seis obras dedicadas a la estatua de Ariadna. La más interesante de estas obras es la que lleva por título, La estatua silenciosa (Ariadna).

Ya en Francia, sus cuadros despiertan el interés del poeta Apollinaire, máximo valedor del cubismo y el arte moderno de aquellos años.

En esta época, sus obras destacan por las imágenes que evocan ambientes sombríos y abrumadores. A principios de este período, los modelos eran paisajes urbanos inspirados en las ciudades mediterráneas, aunque gradualmente, la atención del pintor se fue desplazando hacia estudios de cuartos atiborrados de objetos.
La Primera Guerra Mundial lo devuelve a Italia. Alistado en el ejército, es destinado a Ferrara, fuente en lo sucesivo, junto con Turín, de los inconfundibles ambientes urbanos de sus pinturas. De Chirico conoció allí al pintor futurista Carlo Carrà con quien fundó, en 1920, la revista Pintura Metafisica (*) .

Entre 1915 y 1925 De Chirico pintó extraños maniquíes sin rostros y naturalezas muertas en las que yuxtaponía objetos que no tenían ningún tipo de relación entre sí, técnica que luego adoptarían los surrealistas.
Entre 1924 y 1930 proporcionó un gran impulso al movimiento surrealista gracias a sus primeras obras de paisajes oníricos y extraños y de sus espacios urbanos e influyó en artistas de este movimiento de la talla de Yves Tanguy, Magritte, Éluard, Max Ernst y Salvador Dalí. Fue admirado por Picasso que celebró la llegada de sus pinturas metafísicas en el París de principios del siglo XX. Particularmente en México es posible reconocer ciertos influjos de De Chirico en pintores como José Clemente Orozco, Rufino Tamayo, María Izquierdo, Frida Kahlo, Alfonso Michel, Agustín Lazo y Carlos Orozco Romero.

A mediados de la década de 1930 regresó a Italia, abandonó ese estilo y adoptó uno más académico que lo convirtió en un retratista de éxito.

(*)¿Qué es una pintura metafísica? Es cuando el objeto real no puede ser utilizado porque entonces sería parte de la vida cotidiana. Por ello debe ser extraído de su función, mirarlo hasta en su más recóndita intimidad, para darle el valor absoluto que le corresponde.
Desde 1944 se instala definitivamente en Roma con Isabella Pakszwer, su segunda mujer, y pinta hasta su muerte. Representó un clasicismo muy personal, alejándose de las corrientes coetáneas  para la que, por otra parte, legó para siempre una serie de elementos pictóricos muy identificables: plazas, torres, arcadas, columnas, estatuas, sombras, maniquíes. Firmaba obras con el nombre latino de Pictor Optimus (el mejor pintor).
Una pequeñísima muestra de su obra:



















1 comentario:

  1. ¡Gracias! Me ha sido muy util este artículo. Buscaba información sobre este pintor después de haber tenido un sueño cargado de significado que me recordaba los "baños misteriosos". Luego sus pinturas me permitieron hacer asociaciones cada vez más asombrosas. En mi opinión: un hombre que trataba, en vano, de refugiarse en la seguridad de las frías construcciones humanas. Quizás también de racionalizar sus sueños irracionales e inquietantes y enmarcarlos en una estructura segura, civilizada, como las casetas y los canales de sus misteriosos baños de aguas oscuras... ¡Gracias por este viaje!

    ResponderEliminar