Dedicadas a San José son las fiestas por excelencia de la ciudad de Valencia. Las Fallas, mundialmente conocidas y declaradas de Interés Turístico Internacional, anuncian todos los años la llegada de la primavera. Del 15 al 19 de marzo más de setecientos monumentos de cartón o poliuretano sobre una estructura de madera inundan las calles de la ciudad. Arte, humor y sátira confluyen en estas representaciones de personajes y escenas de la vida cotidiana que se queman en la noche del 19 de marzo.
En el siglo XVIII, las Fallas se reducían a piras de materiales combustibles que recibían el nombre de Fallas y quemaban al anochecer de la víspera de San José cuando los días eran más largos y no precisaban de esta luz para iluminarse, los artesanos hacían limpieza general y en la puerta de cada taller quemaban el tradicional “parot”.
La hoguera era alimentada con virutas, madera inútil y trastos viejos que aportaba el vecindario. La verticalidad y brazos del “parot” invitaba a ser animado con ropas, algún viejo sombrero, otorgándole aspecto humano. Así nacía el Ninot.
La hoguera era alimentada con virutas, madera inútil y trastos viejos que aportaba el vecindario. La verticalidad y brazos del “parot” invitaba a ser animado con ropas, algún viejo sombrero, otorgándole aspecto humano. Así nacía el Ninot.
En 1901, el propio Ayuntamiento de Valencia, otorgó los primeros premios municipales a las mejores Fallas. Este fue el comienzo de la unión entre el pueblo y el poder político, evolucionando con pasos agigantados esta fiesta popular en número, estructura y organización.
Más información: http://mural.uv.es/pareva/fallas.htm
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