jueves, 31 de marzo de 2011

Anécdotas en la película "El mundo según Berney"

A estas altura sois muchos y muchas los que habéis visto la película “El mundo según Berney (Berney´s Version) de Richard J. Lewis, 2010, adaptación cinematográfica del libro de Mordecai Richler.
Seguro que, como yo, habéis quedado sorprendidos por la anécdota que se cuenta en la película sobre los puros Montecristo. También mucha gente se preguntaba sobre la costumbre judía de depositar piedras sobre las tumbas.

Piedras en las tumbas judías
Creí que habría una larga lista de razones por las cuales los judíos depositan piedras sobre las tumbas. Y pregunté a varios amigos judíos. La razón que me dieron fue básicamente una:
Las piedras son más duraderas que las flores y son un recuerdo en el tiempo de la visita de familiares y amigos. No se deterioran y denotan una señal de afecto. Son testimonios permanentes.
Otra razón que aparece con cierta frecuencia es la que cuenta que en los primeros tiempos bíblicos no se utilizaban lápidas y las tumbas eran marcadas con montículos de piedras para perpetuar la existencia del lugar. 
En cualquier caso, dejar flores no es una práctica  tradicional judía. Si hacéis una búsqueda en Internet aparecerán miles de explicaciones, algunas verosímiles y otras totalmente inverosímiles.

Origen del nombre de los puros cubanos Montecristo
No he visto la película en versión original y, por lo tanto, no sé si la anécdota aparece tal cual o sólo en la versión en español por obra y gracia de la traducción.
Según Juan José Fuertes Romero, en su artículo "La libertad y el placer de la lectura"  publicado el 23 de abril de 2009  en El Mundo, “en Cuba, incluso hoy en día sigue habiendo fábricas de tabaco en las que una persona lee para los trabajadores, que mientras le escuchan se dedican a liar a mano los cigarros puros -indudablemente los mejores del mundo-. Pues bien, hace mucho tiempo, una de aquellas lecturas fue El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas. La novela del escritor francés gustó tanto que los trabajadores se dirigieron al famoso novelista pidiéndole su permiso para bautizar con su nombre una de las más preciadas labores que llevaban a cabo. He ahí el origen del nombre de los afamados cigarros puros Montecristo”

Wiston Churchill decía a los amigos más íntimos: "Siempre llevo a Cuba en los labios..."

Nota: Juan José Fuentes Romero es escritor y profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Coruña.



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