lunes, 3 de enero de 2011

Ejercicio en China: posibilidades infinitas

Se ruega no reproducir esta entrada al pie de la letra. Gracias.
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                                                             Imagen: Eva Rodríguez Braña
  Imagen: Eva Rodríguez Braña
Hay que reconocer que en China los viejecitos son muy disciplinados en todo lo que se refiere al ejercicio físico. No pierden ocasión para moverse y no necesitan ningún atuendo especial. Lo hacen con sombrero, con guantes, con el abrigo abrochado hasta el último botón, en tacones, en pijama….. Y cada mañana, desde mi ventana, me quedo embobada mirándolos cuando vienen al parque del campus de la universidad (estamos en un país comunista: todo se comparte).
Hoy voy a intentar trascribiros los tres ejercicios que ellos hacen machaconamente y que deben tener un valor terapéutico impresionante, pero hay dos de ellos que….bueno, no termino de entender el mecanismo. Pero a lo mejor vosotros sois más espabilados.
  Imagen: Eva Rodríguez Braña
Lo primero necesitáis es música china relajante.

Primer ejercicio: empezamos con el Tai-Chi. Todas las personas mayores - y no tan mayores- conocen los movimientos y, unos mejor y otros peor, se mueven con agilidad, fluidez, gracia, soltura y tengo que confesar que es un auténtico placer observarlos. Pero como los occidentales no sabemos hacer todos estos movimientos, voy a pediros que prescindamos de este ejercicio.

Segundo ejercicio: ¡Éste ya sí! Es una especie de ejercicio que yo llamaría estiramiento con aporreo de piernas. Consiste -como veis por la foto- en colocar la pierna en posición de estiramiento y luego con  las dos manos aporrearla con toda la fuerza que seáis capaces por arriba y por abajo durante cinco o seis minutos. Luego hay que hacer lo mismo con la otra pierna. Para comprobar que después de la paliza aún pueden caminar,  dan unos saltitos y repiten el ejercicio unas 5 veces. ¡Y se mantienen en pie!, lo cual me parece asombroso.

Y finalizan con el tercer ejercicio, que creo que podríais hacerlo mirando la TV embobados (no sé si tendrá el mismo valor terapéutico, claro), y tiene toda la pinta de ser muy saludable porque la verdad es que ¡ni te despeinas! Buscáis una posición que os apetezca y os colocáis -como estos dos señores que veis en la primera foto-  en la posición elegida durante media hora. Ellos no se mueven en absoluto, son como dos estatuas, de modo que os aconsejo que tampoco lo hagáis. Al cabo de la media hora, llenáis el diafragma de aire, lo expulsáis y ya está el ejercicio hecho. Se me ocurre que este ejercicio no es muy diferente al del sillón-ball-embobamiento que todos practicamos en algún momento del día. La única diferencia es que hay que estar de pie y, tengo la sospecha, que la dificultad del ejercicio consiste en mantener los brazos despegados del cuerpo y no mover ni un músculo en todo el cuerpo. ¡Ya, ya!, debe de ser una especie de ejercicio de pura concentración mental que se hace después del aporreo de las piernas, con lo cual todo queda en armonía y bien balanceado. La verdad es que no tengo ni idea. Pero podéis intentarlo porque, la verdad, es que no se suda nada, nada, nada.

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