Imagen: Eva Rodríguez Braña
Sé que no debería preocuparme porque de todos es sabido que la economía está mal en todas partes, pero siento cierta culpabilidad por no contribuir lo suficiente.
Sé que no debería preocuparme porque de todos es sabido que la economía está mal en todas partes, pero siento cierta culpabilidad por no contribuir lo suficiente.
Me explico: a parte de las cantidades astronómicas que pago por un trozo de queso o un pedazo de pan (al que encima le salen unas manchas marrones muy sospechosas), la verdad es que no sé como gastarme el dinero. Es cierto que soy de talla media-grande y, por esta razón, aquí no quepo en nada: mi talla de zapato es gigantesca, mi ropa interior vestiría a tres chinitas, mis chaquetas y pantalones son desproporcionadas……¡no hay manera! Pero, como soy observadora, me di cuenta de que existe algo que puedo comprar y usar: ¡ositos de peluche! Las chinas los adoran en todos los tamaños y colores: los cuelgan en los bolsos, en las solapas, en las diademas, los novios se las regalan a las novias…. ¡siempre andan con los ositos a vueltas y no importa la edad! Parece como si hubiera un slogan nacional que anunciara : “si es mujer, ponga un bichito de peluche en su vida”. De modo que hoy he ido a “probarme” un animalito de estos. ¿Me combinará mejor el osito o el cerdito?, ¿el patito tal vez? ¿será mejor que tenga un lacito o mejor que lleve una cestita? Veamos, el color beige me coordina con el abrigo, de modo que ya tengo claro ya que ese va a ser el color del peluche. Aunque la estética es siempre importante voy a darme todo el día de hoy para pensar que animalito de peluche debo elegir. En China es una decisión importante.
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