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Todas las Imágenes: Eva Rodríguez Braña |
Estoy en un dilema. Os cuento: yo veo mucha ropa tendida en los sitios más insospechados que nunca pude imaginarme y estoy convencida que los chinos tienen un sexto sentido o inspiración especial para encontrar esos sitios impensables para colgar su ropa: un seto en los jardines de la calle más céntrica, los postes de la luz, una farola, los cubos de basura, los árboles…..!todo vale! Y si lo cuelgan en las ventanas de la casa, lo hacen en esas cañas de bambú que le imprimen a la ropa como una especie de animación real que parece como si ellos mismos estuvieran colgados. Y, desde luego, no necesitan pinzas. Las pinzas son una nueva invención –como el pan- que han traído los "da biz" (los narices grandes). Yo al principio, y cuando veía tanto despliegue de ropa tendida, pensaba que eran limpios como los chorros del oro para la ropa (para la comida ya sabía que no lo eran), porque me admiraban esos cientos y cientos de edredones colgados y abandonados en cualquier sitio desde la mañana a la noche. ¡Pues no es del todo así! Es cierto que el sol mata los gérmenes pero parece ser que también atenúa la suciedad y, ahora, caigo en la cuenta que la mayoría de la ropa que veo colgada no está lavada: es que está siendo “desgermenizada” por el sol y yo creo que la polución también debe ayudar con alguna propiedad benefactora. Y ya, ya voy con mi problema: he recorrido el barrio entero y no he visto una tintorería (que seguro que habrá en un noveno piso, pero como no leo mandarín, no me entero), ¿creéis que es una buena idea si pongo mi chaqueta blanca –que ahora ya es casi marrón- y mi abrigo colgado de un seto y lo dejo allí durante dos días? Me imagino que luego ya está listo para llevarlo el mes que me queda en Shanghai…. ¡y es barato! ¿Lo intento?
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