Es dificil determinar en que momento los judíos llegaron a Mallorca. Descubrimientos arqueologicos fechados en el siglo XI muestran que, ya en esa época, se realizaban rituales judíos en la ciudad.
Los judíos habitaban la zona que se conoce hoy en día en la ciudad de Palma con el nombre de Call Maior y Call Menor, ( “Call”, del hebreo kahal) y no podian salir a no ser temporalmente o para realizar prácticas comerciales. Sus profesiones más communes eran: zapateros, joyeros, relojeros, prestamistas, farmacéuticos o médicos. Los judios mallorquines tambien se dedicaban a la elaboracion de cartas de navegacion, los famosos portulanos.
Históricamente han sido segregados, por lo cual, hasta los años setenta fueron endogámicos (acostumbraban a casarse entre los miembros de los clanes y evitaban buscar pareja fuera de la comunidad), como respuesta a una estrategia de identidad. Hoy en día, entre 18.000 y 20.000 personas en la isla son portadoras de alguno de estos apellidos: Aguiló, Bonnín, Cortés, Fortesa/Forteza, Fuster, Martí, Miró, Picó, Pinya/Piña, Pomar, Segura, Tarongí, Valentí, Valleriola y Valls.
Un detalle que ha llamado la atención de diversos estudiosos es que, algunos apellidos mallorquines son de procedencia claramente judía, pero sus portadores no son considerados descendientes de hebreos ni chuetas. Tal es el ejemplo de Abraham, Amar, Bofill, Bonet, Daviu, Durán, Homar, Jordá, Maimó, Salom, Vidal y algunos otros.
En 1488, cuando todavía vivían algunos de los últimos conversos de 1435, llegaron a Mallorca los primeros inquisidores del nuevo tribunal instituido por los Reyes Católicos, que estaban en proceso de crear un estado-nación sobre la base de la uniformización religiosa. Las huidas y las conversiones masivas fueron la característica de esta época.
Algunos chuetas creen ver en aquella represión contra los criptojudíos (la clase media mallorquina, quienes manejaban el comercio y mantenían contactos con el exterior, con Flandes, de donde llegaban encajes, pero también ideas y libros) una acción del poder eclesiástico para detener la entrada en España de la doctrina protestante.
Históricamente han sido segregados, por lo cual, hasta los años setenta fueron endogámicos (acostumbraban a casarse entre los miembros de los clanes y evitaban buscar pareja fuera de la comunidad), como respuesta a una estrategia de identidad. Hoy en día, entre 18.000 y 20.000 personas en la isla son portadoras de alguno de estos apellidos: Aguiló, Bonnín, Cortés, Fortesa/Forteza, Fuster, Martí, Miró, Picó, Pinya/Piña, Pomar, Segura, Tarongí, Valentí, Valleriola y Valls.
Un detalle que ha llamado la atención de diversos estudiosos es que, algunos apellidos mallorquines son de procedencia claramente judía, pero sus portadores no son considerados descendientes de hebreos ni chuetas. Tal es el ejemplo de Abraham, Amar, Bofill, Bonet, Daviu, Durán, Homar, Jordá, Maimó, Salom, Vidal y algunos otros.
SER CHUETA
Los chuetas, conforman un grupo social de la isla de Mallorca, descendientes de una parte de los judíos mallorquines conversos al cristianismo. Pero la procedencia conversa no es condición suficiente para ser chueta. Es necesario que este origen haya quedado fijado en la memoria colectiva de los mallorquines mediante la identificación de las familias y linajes así considerados y por ser portadores de alguno de los apellidos de linaje converso. Por lo tanto, aunque los chuetas son descendientes de conversos, sólo una parte de los descendientes de conversos son chuetas.
Hasta finales del siglo XIV la iglesia mallorquina destinó importantes esfuerzos a la conversión de los judíos, pero sus éxitos tuvieron un carácter anecdótico y sin consecuencias sobre la estructura social. Esta situación se vería trastocada a partir de 1391, con el asalto a las juderías, las predicaciones del San Vicente Ferrer en 1413 y la conversión del resto de la comunidad judía de Mallorca, en 1435. Estos acontecimientos crearon situaciones de riesgo para el colectivo judío y, debido a ellas, se produjeron las conversiones en masa que dieron lugar al fenómeno social de los conversos.
Los chuetas, conforman un grupo social de la isla de Mallorca, descendientes de una parte de los judíos mallorquines conversos al cristianismo. Pero la procedencia conversa no es condición suficiente para ser chueta. Es necesario que este origen haya quedado fijado en la memoria colectiva de los mallorquines mediante la identificación de las familias y linajes así considerados y por ser portadores de alguno de los apellidos de linaje converso. Por lo tanto, aunque los chuetas son descendientes de conversos, sólo una parte de los descendientes de conversos son chuetas.
Hasta finales del siglo XIV la iglesia mallorquina destinó importantes esfuerzos a la conversión de los judíos, pero sus éxitos tuvieron un carácter anecdótico y sin consecuencias sobre la estructura social. Esta situación se vería trastocada a partir de 1391, con el asalto a las juderías, las predicaciones del San Vicente Ferrer en 1413 y la conversión del resto de la comunidad judía de Mallorca, en 1435. Estos acontecimientos crearon situaciones de riesgo para el colectivo judío y, debido a ellas, se produjeron las conversiones en masa que dieron lugar al fenómeno social de los conversos.
A pesar de la Inquisición, persistió un pequeño grupo del gran colectivo converso mallorquín, concentrado en torno a algunas calles, integrante de organizaciones gremiales y mercantiles específicas, con una marcada y compleja endogamia y, con una parte de sus miembros, practicando clandestinamente el judaísmo.
Algunos chuetas creen ver en aquella represión contra los criptojudíos (la clase media mallorquina, quienes manejaban el comercio y mantenían contactos con el exterior, con Flandes, de donde llegaban encajes, pero también ideas y libros) una acción del poder eclesiástico para detener la entrada en España de la doctrina protestante.
Entre los años 1673-1695 hubo una segunda persecución. Las causas no están muy claras: las necesidades financieras de la corona, la preocupación de sectores económicos decadentes ante el ascenso y dinamismo comercial de los conversos, la reanudación de prácticas religiosas en comunidad, en lugar de limitadas al ámbito doméstico…..
Con los procesos de 1691 la percepción de derrota religiosa y el miedo generalizado hizo imposible el mantenimiento de la fe judía y se cumplieron los objetivos inquisitoriales: confiscación de los bienes, escarmiento a los herejes -algo que se prolongó hasta el siglo XX- y el sometimiento de los conversos al cristianismo. Es a partir de aquellos hechos cuando se puede empezar a hablar, en su sentido moderno, de los chuetas.
Calle de Palma de Mallorca |
Familia chueta |
Estimada Eva, muchas gracias por su publicación.
ResponderEliminarHay un par de matices que me gustaría hacerle. El dictamen de Rav Kareliz efectivamente es la primera manifestación de alguien relacionado con el rabinato respecto de este tema. Sin embargo, como ud dice, hay dos instancias que se deben pronunciar. Uno es el ministerio del interior de Israel, sin cuyo reconocimiento los chuetas no pueden solicitar el retorno "físico" al Estado de Israel y solicitar la nacionalidad. En segundo lugar, solamente el rabinato de Rav Kareliz, aunque ortodoxo, está encargado de homologar el judaismo de los chuetas. Aunque no hay conversión per se sí deben realizar un proceso muy similar que culmina en Bnei Brak, pero hablamos de un tiempo dedicado al estudio, práctica, etc, por lo que se parecería mucho a una conversión. Aun así, estamos felices de este reconocimiento, que ayuda a salir del ostracismo a este grupo que nunca quiso abandonar sus raices.
David
Me alegro mucho por ustedes. No soy judía pero tengo tantos amigos judíos que estos temas captan siempre mi atención. Su comentario es muy esclarecedor y por lo tanto, ahí está publicado. Gracias.
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